Desnudarse. Según la Real
Academia Española significa “despojar algo de lo que lo cubre o adorna”.
Puede resultar sencillo si nos quedamos en la primera acepción de este verbo,
pero ¿ y cuando desnudarse no tiene nada que ver con quitarse la ropa? Entonces
es cuando realmente da miedo, sobre todo cuando lo haces ante los ojos de otra
persona.
Cuando compartimos cosas que
antes no nos habíamos atrevido a decir en voz alta, cuando apagamos el botón
que nos dice cómo comportarnos y nos dejamos llevar. Cuando somos azúcar sin refinar.
Desnudarse ante alguien es permitir que otra persona se adentre en lo
más intimo de ti, es dejarlo pasar a un espacio de privacidad tan profundo
que impresiona. Y cuando eso pasa sabes que esa persona ha cruzado un límite, que
está dentro de ti y puede verte con tal claridad y pureza que nunca podrá
mirarte de otra forma.
Cuando alguien llega a ese nivel
está alcanzando lo que para mi es el
sentimiento más grande que puedes mantener con una persona: la confianza. El grado de afecto más
amplio tanto en dimensión como en profundidad. Es el estado en el que pones en manos de otra persona todo lo que eres
y lo haces con la seguridad de que estás a salvo.
Y es un lazo tan fuerte y tan
honesto que te permite sentir a la otra persona con total sinceridad, sin nada que la cubra o la adorne.
Buenas tardes, sean felices.