martes, 30 de septiembre de 2014

Un verano contigo






Definitivamente ya se ha terminado el verano y las primeras lluvias insisten en recordarnoslo. Siempre me da pena despedirlo aun sabiendo que el otoño marca un nuevo comienzo de año lleno de cosas geniales. Así que esta vez decidí guardarme un pedacito de verano en un vídeo, para poder sentirlo en las tardes más frías de invierno. Y este ha sido el resultado, tres minutos que prueban que el ha sido mi verano, la sal de mi piel, el helado de tramontana,  mis noches de fiesta y las caricias de las siestas

Y sin darme cuenta ya ha pasado un año desde aquel rarísimo septiembre en el que las cosas se nos fueron de las manos, cuando yo tenía el corazón alicatado y tu la cabeza en otra parte. Te puedo asegurar que lo di todo para que no te quedarás y aun así te colaste.Un etnosur más, un agosto más y un septiembre nuevo en el que ya no te pido que te vayas. ¿Cómo iba a hacerlo? con todas las risas que te debo. Después de disfrutar de cada minuto con una paz infinita y al mismo tiempo convertir cualquier día una aventura. Complementando mi vida, siendo una pieza más de un complicado puzzle  y compartiendo mi tiempo con otras personas a las que ya quería antes de que tu llegaras, sin exigencias, sin pretensiones. Haciéndome sentir libre, libremente a tu lado. 

Prometimos hacer de cada experiencia algo extraordinario y aquí seguimos compañero, hasta que el cuerpo aguante.







martes, 23 de septiembre de 2014

Esclavas



















Hoy me toca desahogarme escupiendo un par de verdades. Y sin querer parecer feminista, porque ya no se ni lo que significa esa palabra, tengo claro que como mujer tengo algo que decir.

Me siento decepcionada cuando veo que en todas las cadenas aparecen presentadoras que encajan perfectamente en el canon de belleza preestablecido o cuando veo en la biblioteca a muchachas correctamente maquilladas y peinadas. Me decepciona porque mi primer pensamiento al respecto es “debería cuidarme más”. Y me molesta profundamente porque yo ya me cuido, me cuido cuando disfruto en cada comida y en cada cerveza con mis amigos; y sin embargo resoplo cuando me doy cuenta de que mis curvas van aumentando considerablemente.

Y es que aunque se que el tema nos lo sabemos ya de carrerilla, creo que no nos lo tomamos suficientemente en serio. Lejos de buscar culpables ni de calcular el origen de esta situación, hoy solo pretendo hacer una llamada a la cordura y reclamar un poco de atención hacia el hecho de que la mujer siga estando esclavizada a la belleza. Y ni siquiera a la belleza en su sentido más amplio, sino a la belleza física.

Estoy de acuerdo con el hecho de que todas necesitamos vernos y sentirnos bien con nosotras mismas,  pero hasta un límite. Y perdonad si sueno demasiado hiriente, pero de corazón os digo que si necesitáis operaros el pecho para ser felices el problema está mucho más adentro. Con todo esto no quiero ser demagoga ni mucho menos, porque yo soy la primera que se puso los grilletes. Pero simplemente me apetecía gritar que me jode tremendamente necesitar verme guapa, porque de verdad lo necesito. Y no se en qué momento decidí aceptarlo pero lo cierto es que no soy capaz de deshacerme de ello.

Y llamadme loca pero es que odio llevar sujetador porque me oprime y me dificulta la respiración, odio depilarme porque si no sufro por quemaduras, lo hago por sarpullido; y odio tener que maquillarme para simular una piel mejor cuando lo único que consigo es empeorarla. Pero es que lo que más odio es que aun odiándolo sigo haciendo todo esto.

Y creo que sea cual fuere el origen de todo esto, cada una es ama de su propia esclavitud y tiene la llave para hacerse libre, al menos en la medida justa. Y opino firmemente que somos nosotras las que debemos empezar a creernos que no tenemos la obligación de ser muñecas y que la belleza es algo que se cultiva a mayor profundidad.


Buenos días, sean felices.

martes, 9 de septiembre de 2014

Veronika decide morir






Septiembre es un mes raro, ya no es verano pero tampoco ha empezado el curso y no sabes muy bien en qué invertir tu tiempo. Yo por mi parte decidí pasar el primer fin de semana de septiembre leyendo este libro de Paulo Coelho, que inesperadamente me sorprendió para bien. Y como con casi todo, me ha animado a hacer una reflexión.

¿Qué haríais si os quedara una semana de vida y estuvierais en un lugar en el qué nadie pudiera juzgar lo que hacéis? En el caso de Veronika ese lugar era un manicomio. Un sitio en el que descubre el auténtico sentido de su vida, lejos de las presiones de su familia, de la supuesta moralidad y de los prejuicios de la sociedad. Puede que fuera ese el único caso en el que dejásemos salir nuestras partes más auténticas o salvajes. Y es por eso que el libro hace que te plantees que es en sí la locura y qué la diferencia de la genialidad. 

¿Qué ocurriría si viviésemos todos los días como si fuera nuestro ultimo día en un manicomio? Probablemente nuestra vida se nos iría de las manos. Y desde luego no creo que vivir sin rendir cuentas a la conciencia o sin respetar unos ciertos patrones de conducta sea correcto para nuestra salud mental ni para la de los que nos rodean. Sin embargo si creo que deberíamos dejar salir más dosis de locura e introducirla en nuestras perfectas vidas organizadas, deberíamos ser más valientes con los prejuicios y más honestos con nosotros mismos. Tal vez deberíamos dejar de dominar tanto nuestros impulsos y de asustarnos tanto de las posibles equivocaciones. Tal vez deberíamos vivir más.

Veronika decide suicidarse antes de entrar en el manicomio por tener una vida demasiado monótona y rutinaria. Yo no quiero llegar a vieja pensando que viví toda mi vida manteniendo la compostura y tratando de no equivocarme jamás. Y sinceramente siento que para evitarlo tengo que empezar a adoptar otra aptitud frente a las presiones de la sociedad y sobre todo frente a las mías propias.

Alguien me preguntó hace tiempo por qué siempre estaba rodeada de locos y yo respondí: "En mi opinión hay dos tipos de personas en el mundo: los locos y los estúpidos, y los segundos no me interesan".

PD: ¿Qué haríais si os quedara una semana de vida y fueseis totalmente libres para hacerlo?

Buenas tardes, sean felices.









sábado, 6 de septiembre de 2014

Besos con versos.



Libros de Pablo.






























No se de qué manera entraste
porque yo no abrí ninguna puerta.
Mis candados estaban cerrados
y aunque en mi memoria
hacía menos frío que en tu vida
derretiste con tu vientre
el iceberg de mi cama.

Me cacheaste el alma con la mirada
y con las manos en voz baja
me quitaste de encima la tristeza.

Desde que te conozco tengo alas
porque tu me enseñaste cómo usarlas.


                                          - Diego Ojeda,  Mi chica revolucionaria.