martes, 25 de noviembre de 2014

Enhorabuena.

Alba Claverías, un trocito de luz



Hay algunas cosas que se que no haré en mi vida, como por ejemplo un triatlón. Sin embargo no puedo decir que se deba a que no sepa montar en bicicleta, ya que nunca le he puesto el ímpetu necesario para conseguirlo. Y es curioso porque si me volvieran a pedir recorrer Berlín en bici no dudaría en decir que sí.

Parece algo absurdo y en cambio para mi es algo fundamental. Darnos cuenta de lo flexibles que son los limites que nosotros mismos nos imponemos, de lo frágiles que pueden llegar a ser si decidimos romperlos y al mismo tiempo la fortaleza que pueden suponer si decidimos mantenerlos.

Hasta hace poco no podía imaginarme hasta qué punto nos condicionamos por nuestras propias autoafirmaciones. Por comunicarnos mal con nosotros mismos. Afirmaciones tan aparentemente absurdas como "no soy una persona creativa" nos lleva efectivamente a no serlo, o "soy una persona celosa" nos lleva justamente a alimentar esa inseguridad con nosotros mismos. Y es mucho más fácil de lo que parece reinventarse, dotarse de valoraciones nuevas que te hagan despegar y sobre todo: descubrir. Sentirnos tan orgullosos como el día en el que nos quitaron las ruedecitas de la bici y supimos por primera vez a qué sabía la libertad.

Después de un noviembre frenético he elegido este momento para deshacerme con un bombón de Lindt y decirme bien bajito "enhorabuena campeona". Y creo que es justo esa complicidad con uno mismo es la clave que nos impulsa a seguir batiendo límites.
Y es que nos hace mucha falta pararnos a agradecernos que sigamos luchando, combatiendo miedos, reafirmando esperanzas y alcanzando trocitos de ese cielo que ansiamos tocar y que nos sigue esperando, aunque sea lejos.

Buenas tardes, sean felices.