viernes, 3 de enero de 2014

Renuncio a odiar.






A menudo creemos que el amor y el odio son dos sentimientos opuestos. Y nos equivocamos. Se ha demostrado científicamente a partir de experimentos llevados a cabo con imágenes neuronales que cuando una persona sentía odio hacia algo se iluminaban unas partes del cerebro, algunas de las cuales eran las mismas que las del amor.


Cuando lo leí no me sorprendió demasiado. Supongo que es algo que nos pasa a todos. Somos capaces de amar a morir y al morir solo nos queda el odio, como si fuese a calmar nuestro dolor. Pero solo nos hace perder el tiempo. A veces el odio es tan sencillo de curar que vale una simple conversación, pero cuando no tenemos esa opción solo nos queda perdonar, olvidar y aprovechar ese trocito de corazón para amar a otra persona. Al fin y al cabo es lo que nos hace felices.

Buenas noches, sigan sonriendo.