martes, 29 de abril de 2014

Aire







Llega la primavera y el cuerpo empieza a despertarse, a sobresaltos, como si le acabaran de echar un jarro de agua fría.  Desaparecen los días grises y la monotonía para traernos una sobredosis de actividad. Más que  la llegada del Sol y el polen de las flores, lo que más me altera es la falta de aire.

La bajada de tensión que me provoca esta estación se junta con el estrés y me deja una sensación rarísima en el pecho.

La primavera siempre ha sido mi estación preferida,  pero este año estoy tan saturada que me falta tiempo para prestarle atención.

No sabría decir si los días se me hacen demasiado largos o demasiado insuficientes, pero lo que se seguro es que me falta espacio.
Me falta tiempo para retomar la novela que dejé a medias hace unos meses, para salir a recoger inspiraciones, para descansar por las noches y para estar despierta por las mañanas. Me falta la sensación de sumergirme en al agua y sentir todo el mar a mi alrededor, sin ningún peso sobre mi. Pero sobre todo me falta tiempo para estar conmigo misma, sola. A mi aire.  Y así poder disfrutar sin peso de la gente que tengo alrededor. 

Cojan aire y sigan sonriendo. Buenas noches.