lunes, 4 de agosto de 2014

No hay manera.





Feliz agosto a todos! Después de tanto tiempo sin actualizar no he podido evitar plantearme cosas como si estaba transmitiendo de verdad mi personalidad en estas entradas, hasta qué punto debía escribir mis pensamientos o sobre de qué debería hablar.  Necesitaba hablar con ella. Esa persona que te habla con la misma facilidad de cine francés y conflictos armados, que de las tendencias de Vogue y de qué hacer con tu blog.

Cuatro días no son nada cuando estas acostumbrada a vivir con otra persona, pero aun así nos dio para hablar por los codos. Y al final de cada tema siempre una conclusión.

Ella es una de esas personas como las que todos tenemos en nuestras vidas. Alguien que se encarga de minimizar nuestros errores y  levantarle la sabana a los fantasmas que nos atormentan para reírse de ellos. Y que falta nos hace. Que te recuerden la vida tan increíble que tienes, lo mucho que te ha costado llegar donde estas  y lo mucho que te lo mereces, lo importante que es luchar por lo que es justo y lo necesario que resulta defender la verdad (como me enseñan también en mi casa).

Y  ya está. Y ser feliz. Arreglándonos la vida, compartiendo sueños, recaudando anécdotas y conformando un colchón en el que caer y caer siempre en blando.

Y mirar más adentro que hacia fuera, como este blog, que más que un escaparate es tan solo un sitio en el que desahogarse, en el que no caben las pretensiones ni los prejuicios. Un lugar fuera de mi cabeza en el que ordenar cosas sin más.