lunes, 18 de agosto de 2014

Zahora





Playa de Bolonia, Cádiz



En muchas de mis entradas os he hablado de lo importante que es para mi el circulo de personas que arropan tu vida, y de cómo creo que eso afecta a determinar quiénes somos. Siempre lo he hecho partiendo de lo que esas personas son capaces de aportarnos pero esta vez quería tomar otro punto de vista, no desde la perspectiva en la que ellos externamente nos influyen sino en lo que internamente despiertan en nosotros.

A lo largo de mi corta vida han pasado una serie de personas determinantes, personas que no solo me han contaminado con sus ideas o su personalidad, sino personas que no se cómo han sabido meterse dentro y encender partes de mi misma que hasta entonces no habían brillado nunca.  Pero más incluso me fascina darme cuenta de cómo esas personas son capaces de apagar otras partes que no necesitaba.

Zahora es la playa en la que estaba cuando empecé a darle vueltas a esta idea. Mientras lo miraba de reojo y pensaba en por qué antes no había sabido querer tan bien a otra persona.

Entiendo también que nuestra conducta cambia paulatinamente conforme vamos aprendiendo de nuestros errores y vamos adquiriendo cierta  inteligencia emocional, pero creo que las personas que nos acompañan en ese proceso nos influyen de una manera bestial.

Supongo que todos tenemos personas así, duendes que hacen que seamos divertidos, creativos, curiosos, responsables, aventureros, amantes de la naturaleza, los festivales o los conciertos de jazz, o que dejemos de ser pesimistas, inseguros o celosos. Y creo que a veces solo necesitamos abrirles las puertas y dejar que toquen algunos de nuestros botones internos.

PD: Es curioso, pero en ninguna de las fotos aparece esta playa ;)


Buenas tardes, sean felices.