martes, 8 de marzo de 2016

Cuentas pendientes


Tengo una lista de cuentas pendientes. Una lista de cosas que me quedan por hacer, por resolver, por vivir. No es una de esas listas que suelo hacer compulsivamente sólo por la satisfacción de sentirme útil al tacharla. No. Se trata de cosas importantes, cosas que están en un cajón, latentes y que de repente un día se escapan y se te cuelan dentro; y es el momento de actuar.








Y es increíble, la sensación del ahora o nunca, de escupir el miedo y echarte un pulso a ti misma al este reto lo ganó yo. Y no existe réplica, ni solución, ni ley ni gravedad que te pueda hacer caer, aunque tiren a dar*. 




 



Y tengo una cuenta pendiente permanente con el frágil equilibrio entre la tolerancia y el inconformismo. Pero yo siempre quiero más. Y la balanza la suelo viciar, hacia la izquierda, (como siempre). Y salgo con cuchillos a matar contra cualquier resto de inseguridad que me pueda frenar, porque tu me lo enseñaste: contra el pesimismo de la razón, el optimismo de la voluntad. Y aquí sigo, peleando por aguantar, por mantener dentro la magia, por mudarme a otra ciudad.






Y pasa, cuando te das cuenta de que este mundo no es para ti y decides cambiarlo. Cuando dejas de excusarte y asumes que el destino no existe, que no hay nada escrito y  que solo nosotros escogemos el camino.


Buenas tardes, sean felices.