martes, 25 de marzo de 2014

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Tengo la impresión de que a veces nos esforzamos en eternizar algunas cosas y en convertirlas en un parasiempre. Supongo que el ser humano es profundamente reacio a los cambios y que cualquier alternativa que suponga salir de nuestros refugios de estabilidad nos da miedo. Tengo la impresión de que a veces nos esforzamos en alargar relaciones que se acabaron antes de atrevernos a reconocerlo, y hacemos lo posible por retener a esa persona a nuestro lado cuando en vez de uno volvemos a ser dos. Creo que el miedo a perder algo que ganamos a pulso nos hace perder las ganas de luchar por otras cosas. Por otras historias. Por otras noches. Por una risa diferente. Por unas manías que no sabías que existían. Por otras manos, otras formas de mirarte y otras formas de besarte.


Que no os de miedo… que la vida son etapas, que jamás habrá dos días iguales y que nos queda mucho por sentir. Que nos debemos la vida señores.